16 de abril de 2011

Mis ideas y yo



A veces creo que nadie es feliz. NADIE es feliz. La felicidad es un estado transitorio nada más. Un pequeño espacio de tiempo en el cual te sientes bien probablemente debido a un acontecimiento agradable o a una persona, es decir, la felicidad es “condicionada” a un hecho o persona agradable al sujeto, que abarca toda la atención del individuo y pues, hace que se sientan “felices”.

Yo no creo en la felicidad. Tal vez sea porque en estos momentos nada me sale bien, ni me siento bien, ni creo que me comporto bien. Cuando a veces pienso que estoy a punto de alcanzar la felicidad, el nirvana, como le decían los budistas, caigo, caigo de un modo atroz en un hoyo tan profundo donde solo existe la oscuridad y la agonía de mis pensamientos. Y sí, tal vez es mi egoísmo desmedido que me cega y hace que crea que como yo no consigo estar en paz conmigo misma tampoco lo lograrán los demás.

¡Egoísmo puro!

Recuerdo cuando en mi afán por saber si los demás eran felices, empecé a interrogar  a cada compañero de mi salón. Todas las respuestas eran inciertas, estaban llenas de duda, de no saber responder  algo tan “grande” como ¿eres feliz? Decían un sí desganado después de mucho pensar y balbucear,  tal vez porque no se atrevían a decir un radical NO. Mi supuesta “teoría”  de nadie es feliz estaba a punto de comprobarse y esto solo hacía nacer en mí una sensación de satisfacción casi perversa.

 Así continué preguntando e incomodando a mis compañeros que tal vez anteriormente no se habían planteado la pregunta fulana con la que les salía yo, hasta que di con una chica de características físicas nada acertadas con los cánones de belleza hoy establecidos, era gordita, qué digo gordita, era gorda, demasiado alta para su edad (lo cual la hacía aún más voluminosa) y de cara amplia y rechoncha. Le hice la pregunta de dos palabras, ella con una gran sonrisa y sin ningún atisbo de inseguridad me dijo que sí. Mi “teoría” no podía irse al agua. Le pregunté de nuevo, su afirmación fue la misma. Me desconcertó, me sentía intrigada. Comencé a hacerle pregunta tras pregunta con la finalidad de hacerle caer en la cuenta que su vida estaba llena de vacíos e imperfecciones, incluso traté de pillarla por el lado del físico, de su sobrepeso, de su fealdad externa, de esa maldita mala distribución genética que hacía que sus rasgos físicos no se vean en armonía, pero no pude. Ella parecía no darle importancia a eso. Ya no le creía, debía mentir muy bien. Quería seguir hurgando en su vida pero ya empezaba a fastidiarla y el recreo ya había acabado.

Como dije, ella era solo una compañera de salón, no era mi amiga por lo tanto desconocía datos sobre su vida, no sabía de ella, pero lo que me acababa de decir, esa afirmación, me había dejado sumamente intrigada. Posteriormente, tras mis torpes investigaciones, me enteré que esta chica vivía con sus padres y abuelos, tenía un hermano menor, aparentemente vivían en armonía, de posición económica media. Empezaba a creer que tal vez su felicidad era fundada, porque de hecho el detalle de tener una familia en estos tiempos es infrecuente, pero ella la tenía, estaba a punto de hasta que me enteré que su papá, un señor no muy mayor al que vi un par de veces, tenía un mal intratable e incurable y le habían dado 7 años de vida. Enterarme de esto fue realmente chocante, no soy de las personas sensibles y lloronas, pero debo confesar que esta vez sí derramé un par de lágrimas.

Este asunto de preguntar lo hice hace tres años, cuando aún estaba en el colegio, en cuarto año para ser exacta. Desde ese momento ya no sé qué pensar con certeza, se supone que esa experiencia debió enseñarme algo, de hecho sí lo hizo, pero sigo sin creer en la felicidad y me remito a la primera parte, tal vez, sea por egoísmo. No estoy segura de nada y sinceramente no he podido plantearme nada nuevo. ¿Felicidad cuando haces lo que te gusta, o sea lo que se te dé la puta gana? Pero igual a veces la vida insiste en darte la espalda. No, no sinceramente tengo las ideas hechas una maraña de pelos de hippie con dreads. Mi mente está perturbada con un montón de hechos desfavorecedores en todos los aspectos de mi vida y siento tanta ira hacia mí  y a los demás que me siento incapaz de todo.

En fin, si de algo estoy segura es que yo no soy feliz.

Ps: Esa chica nada agraciada físicamente es ahora una de mis mejores amigas,  una muy buena amiga realmente y su papá es un amor de persona, ese señor merece ser llamado padre, y afortunadamente aún no tiene mucho de los síntomas del mal del Chagas. 

3 comentarios:

Gabriela ♎ dijo...

Yo siempre digo que para mí: "La felicidad no existe", solo existen pequeños momentos agradables, pero no creo en la felicidad completa, también porque soy demasiado negativa u.u.

En fin, hacían falta estos escritos, me encanta leer lo que escribis :D

Saludos! ^^

hellfire ✚ dijo...

me encanta el blog =) te sigooo

David Pose dijo...

¿Que es la felicidad? quizás aquí este el origen de todo porque dudo que este concepto sea igual para cada uno de nosotros y dudo que sepas si una persona sea feliz por una simple pregunta, es muy fácil decir Si es como cuando preguntas ¿Te pasa algo? o variados raramente se dice que las cosas van mal. Todos somos unos cerdos egoístas por mucho que la gente no lo diga, la preocupación por el mundo que nos rodea se fundamenta en este egoísmo. Simplemente hay que darse cuenta de cuando te pasas y tener un poco de eso a lo que llaman "inteligencia emocional"